China y la histórica aprobación de la soja HB4
China es el mayor importador de soja del mundo. Su aprobación de la versión transgénica HB4 posiciona a la Argentina como líder en materia de agrobiotecnología en la región de América Latina.
La tecnología HB4 hace posible el cultivo de soja y trigo resistentes a las sequías. En la Argentina se encuentra aprobada desde 2015, pero no se podía comercializar debido a un convenio entre el país y China. El gigante de Asia dio el visto bueno en 2022, hecho que marca un antes y un después en lo que es la producción agrícola.
Un largo recorrido
La tecnología HB4 es resultado de una investigación de décadas y de un trabajo en conjunto entre el sector público y el privado. Raquel Chan representa a los científicos del CONICET, del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL) y de la Universidad Nacional del Litoral. Por su parte, Bioceres aportó sus conocimientos y experiencias como empresa de biotecnología agrícola.
El patentamiento de HB4 se remonta al 2012. Tres años después, el entonces Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación dio su aprobación asegurando que la tecnología no afecta al medioambiente ni a los seres humanos y animales.
Entre 2019 y 2021, a su vez, Estados Unidos, Brasil, Paraguay y Canadá dieron el visto bueno a la soja transgénica. Pero para que el cultivo se pudiera comercializar faltaba algo clave: la aprobación de China.
¿Qué pasa con China?
China es el principal importador de soja argentina. Esto habilitó a que se estableciera un convenio internacional que determinaba que la soja transgénica no se podía comercializar sin la aprobación del país asiático.
Los trámites para recibirla se iniciaron en 2016. Y se debió esperar hasta el 2022 para que el Grupo Bioceres obtuviese la buena noticia.
El acontecimiento trascendió por varios motivos. Uno responde a que es la primera vez que China aprueba un tipo de semilla desarrollada con biotecnología.
Para Argentina también es una gran noticia debido a que el gigante asiático cuenta con normas de calidad muy estrictas en materia de comercio internacional. Contar con la aprobación, por lo tanto, le da prestigio al cultivo transgénico.
¿Qué representa para el mercado internacional?
China es el país que más importa y consume soja en el mundo. Su aprobación de la soja transgénica significó una consolidación en las relaciones comerciales que lleva adelante con la Argentina.
El visto bueno que dio el Ministerio de Agricultura de la nación asiática también generó consecuencias que van más allá de lo comercial.
En primer lugar, posiciona a la Argentina como líder en materia de agrobiotecnología en la región de América Latina. Hecho más que relevante si se considera que se sigue trabajando en nuevas variedades de la tecnología HB4.
También permite experimentar en la práctica los beneficios que brindan los cultivos transgénicos
Los beneficios de HB4
Tanto la soja como el trigo transgénicos presentan una mayor tolerancia a las sequías y a las salinidades de los suelos. La aparición de la novedad se da en un contexto en el que la crisis climática y el calentamiento global aumentan la escasez de agua en los campos de cultivo.
El significativo aumento de la población mundial es otro aspecto a tener en cuenta: cultivar es más difícil debido a las condiciones mencionadas y a la vez más necesario, ya que hay que abastecer de comida a las personas.
HB4 hace posible cultivos más eficientes y sostenibles. La tecnología mejora la producción en suelos que padecen de estrés hídrico y también brinda una garantía de abastecimiento.
En materia de comercio internacional, la mayor tolerancia a las circunstancias extremas permite asegurar las cantidades a exportar y cumplir con los intercambios en tiempo y forma.
Una apuesta por el futuro
La garantía de calidad que aporta la aprobación de China es, a su vez, una invitación a los productores agrícolas. Se trata de un incentivo para que adopten la tecnología transgénica y trabajen en cultivos con mayor eficiencia.
China dio su visto bueno con la soja, pero la invitación también incluye al trigo, el otro cultivo desarrollado por Raquel Chan y compañía. Países como Estados Unidos, Brasil, Australia, Nueva Zelanda, Nigeria y Colombia ya aprobaron este cultivo y reconocieron sus virtudes.