Trigo HB4: la importancia del evento transgénico para Argentina
La aprobación del trigo y de la soja transgénicas dependen del visto bueno de los principales importadores a nivel mundial. En el caso del trigo se trata de Brasil, que dio su reconocimiento definitivo a la versión HB4 en 2023.
La tecnología HB4 hace posible la producción transgénica de dos cultivos importantes para Argentina: el trigo y la soja. En el caso del trigo, el país es el décimo productor a nivel mundial. Este evento agro-biotecnológico también es fundamental de cara a las relaciones comerciales que se mantienen con Brasil.
HB4: del girasol al trigo
Argentina es un país líder en materia de agro-biotecnología en la región de América Latina. El motivo responde al desarrollo de la tecnología HB4, la primera de tipo transgénico en ser lograda de forma íntegra en el país.
Todo comenzó con una investigación que tuvo su punto de partida a mediados de la década de 1990. Raquel Chan encabezó un equipo de científicos que se propuso estudiar la manera en que las plantas responden al medioambiente.
Los investigadores tomaron al girasol como modelo y dieron con un gen, el HaHB-4, que es el que le da a la planta su característica tolerancia a la falta de agua.
Luego se decidió experimentar, insertando el gen en cuestión en otras plantas para ver si adquirían las mismas respuestas ante el estrés abiótico. Las pruebas se realizaron en distintas especies y contaron con el apoyo empresarial de Bioceres.
La tecnología HB4 consiste en el desarrollo de dos importantes cultivos transgénicos: la soja y el trigo. Ambos son de los mayores cultivos de Argentina y también de los más exportados. En definitiva, son producciones que definen algunas de las relaciones comerciales más importantes con el exterior.
¿Por qué pensar los cultivos por separado?
A nivel general, los dos eventos transgénicos presentan los mismos beneficios. Son cultivos que disponen de una mayor tolerancia a las sequías y que se adaptan con más eficiencia a las salinidades de los suelos.
Son semillas optimizadas para brindar un mejor rendimiento. Gracias a ellas, los cultivos son más eficientes y permiten hacer frente a dos de las problemáticas más graves de la actualidad: la crisis climática que aumenta las sequías y la demanda de alimentos por el aumento poblacional.
Pero la expansión de la tecnología HB4 requiere de una clara distinción entre ambos cultivos. La clave se encuentra en que la aprobación a nivel internacional depende del visto bueno de los países que más importan los productos.
Brasil y el trigo transgénico
Tras el patentamiento de la versión definitiva en 2012, la tecnología HB4 logró la aprobación nacional en 2015 de la mano del entonces Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Pero Bioceres debió abstenerse de la comercialización de los cultivos transgénicos hasta no obtener la aprobación de los principales importadores.
En el caso de la soja, el visto bueno debió darlo China, país que es el mayor importador de este cultivo a nivel mundial. El trigo, en cambio, requirió de la aprobación de Brasil.
En 2021, el país sudamericano aprobó en primer lugar la harina que se produce con el trigo transgénico. Para el visto bueno definitivo por parte de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) se debió esperar dos años más.
El peligro de las sequías
Los efectos sobre el medioambiente, la salud humana y la de los animales son las variables principales que se estudian de cara a la aprobación de una tecnología de este tipo.
La inserción en el comercio exterior es otro de los aspectos clave. Y el caso del trigo es importante para Argentina debido a que es uno de sus principales cultivos.
El doctor Germán Bertsch informó en 2022 que Argentina se ubica en el décimo puesto a nivel mundial en el ranking de los países productores de trigo. Y, en materia de exportación, el lugar ocupado es el séptimo.
El trigo transgénico se expande en un contexto desalentador para el país. La Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que el volumen de producción de la campaña 2023/2024 se vio afectado de forma seria debido a las sequías y otros inconvenientes.
Se trataría de la segunda peor producción de este cultivo en los últimos 8 años. El uso de semillas transgénicas de trigo se presenta como una alternativa para garantizar el abastecimiento tanto a nivel nacional como internacional.