Tecnología
La tecnología HB4 y la colaboración entre las esferas pública y privada

La tecnología HB4 y la colaboración entre las esferas pública y privada

En el desarrollo de la tecnología HB4 participaron el CONICET, la Universidad Nacional del Litoral, el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral y Bioceres. La compañía se sumó al proyecto de forma oficial en 2003, en la primera instancia de patentamiento.

La tecnología HB4 nació a partir de una investigación llevada a cabo por Raquel Chan y su equipo de científicos. Pionero en el mundo, el evento transgénico fue posible gracias al trabajo en conjunto de los sectores público y privado. Los resultados obtenidos son la mejor prueba de la importancia de desarrollar estrategias de este tipo.

El origen de HB4

La historia de la tecnología HB4 comenzó hace casi 3 décadas y comprende numerosas variables. La diversidad de los agentes que participaron del desarrollo y los distintos acontecimientos que se dieron a lo largo del tiempo son apenas algunas de ellas.

El punto de partida se dio en 1995 con una investigación encabezada por Raquel Chan. Junto a su equipo de científicos, la bioquímica argentina se propuso estudiar la manera en que las plantas responden al medioambiente y, sobre todo, al estrés hídrico.

Los investigadores se centraron en la planta del girasol debido a que es la que da mejores respuestas en comparación a otras especies. Luego identificaron un gen, el HaHB-4, que es el responsable del comportamiento positivo ante la escasez de agua.

Mediante técnicas de ingeniería genética, se logró implantar el gen en cuestión en las plantas de soja y trigo. De esta manera, surgieron los eventos transgénicos que se caracterizan por hacer posibles cultivos más eficientes.

De lo público a lo privado

El trabajo inicial de Raquel Chan y colaboradores no hubiese sido posible sin el apoyo de la esfera pública. La inversión gubernamental se hizo presente a través de los distintos organismos que participaron de los estudios iniciales: el CONICET, la Universidad Nacional del Litoral y el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral.

La participación del ámbito privado también fue clave en el desarrollo de los eventos transgénicos. Bioceres se sumó al proyecto de manera oficial en 2003, cuando se dio la primera instancia del patentamiento de la tecnología.

La compañía con sede en Rosario, Santa Fe, nació en 2001 como empresa de agrobiotecnología agropecuaria. El objetivo de sus fundadores consistió en lograr que las capacidades de la ciencia y la tecnología de Argentina tuvieran un impacto en la producción agrícola.

Bioceres se comprometió, entre otras cosas, con la coordinación general, el financiamiento y la gestión de la propiedad intelectual de proyectos de investigación con potencial comercial. Y su trabajo también fue posible gracias al apoyo estatal.

Bioceres y el apoyo estatal

El financiamiento público se dio de forma sostenida en el tiempo. Contó con la participación de distintas gestiones gubernamentales. Entre 2005 y 2012, por ejemplo, Bioceres recibió una serie de subsidios por parte del entonces Ministerio de Ciencia y Tecnología.

El aporte fue clave para dar continuidad a un proyecto delicado. Las investigaciones de este tipo requieren de trabajo a largo plazo y se encuentran expuestas a grandes riesgos y a posibilidades de error.

Los resultados son exitosos y están a la vista de todo el mundo. El trigo HB4 y la soja HB4 son cultivos que optimizan la producción y que permiten hacer frente a problemáticas como la escasez de agua y los altos niveles de salinidad del suelo.

La tecnología HB4 ya cuenta con distintas variedades en Argentina y también se expande a nivel mundial. Brasil y China, los principales importadores de ambos cultivos, dieron su aprobación e hicieron posible la comercialización de los eventos.

Mucho más que una tecnología

HB4 es el primer evento de tipo transgénico en ser desarrollado de forma íntegra en el país. Es una evidencia del potencial del sistema de investigación científico-tecnológica de Argentina.

También es una prueba de los resultados que se pueden obtener si se invierte en la materia. Demuestra la necesidad de trabajar de forma conjunta y de complementar los esfuerzos de los ámbitos público y privado.

Asumir riesgos y proyectar a largo plazo son algunas de las claves a tener en cuenta. Lejos de ser un evento definitivo, la tecnología HB4 continúa en estado de desarrollo y de crecimiento.