El descubrimiento científico que permite combatir dos graves enfermedades del trigo
El mismo gen que le da al trigo resistencia frente a una enfermedad que se presenta en los climas fríos aporta el mismo beneficio de cara a otra que se encuentra en las regiones cálidas y húmedas.
Una investigación reveló que un gen del trigo aporta una mayor resistencia a la planta frente a enfermedades graves como el oídio o mildiú polvoriento y el tizón. El descubrimiento, a su vez, abre nuevas posibilidades para la biotecnología aplicada al mejoramiento de cultivos.
Una enfermedad grave
La biotecnología aplicada al mejoramiento de cultivos trabaja en el desarrollo de eventos transgénicos como respuesta a tres grandes problemáticas: la crisis climática, la inseguridad alimentaria y la propagación de enfermedades propias de las plantas.
El tizón del trigo es una de las más graves que existen, y también una de las más recientes. Es común en regiones de clima cálido y húmedo. Se identificó por primera vez en Brasil en 1985, y desde entonces se ha expandido a otros países como Zambia y Bangladesh.
Los investigadores trabajan en la búsqueda de soluciones. Y se valen de la tecnología transgénica como herramienta al momento de desarrollar alternativas.
Hace unas semanas se publicó un estudio que resulta valioso por varios motivos: por el descubrimiento que se comparte en sí y por las posibilidades que se abren en materia de investigación.
Las claves del estudio
El artículo fue publicado en Nature Plants y lleva la firma de Tom O’Hara, Andrew Steed, Rachel Goddard y Kumar Gaurav, entre otra decena de científicos.
Comparte un estudio realizado por el Centro John Innes, instituto de biotecnología de Inglaterra, en colaboración con la Universidad de Zúrich. También presenta contribuciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), de México, y de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (KAUST, por su nombre en inglés), de Arabia Saudita.
El estudio se realizó usando métodos de descubrimiento de genes propios del Centro John Innes. El trabajo dio como resultado la identificación de un gen que aporta protección a las plantas de trigo contra las cepas del hongo que generan el tizón.
Un beneficio inesperado
Se habla de un descubrimiento sorprendente porque lo que se estaba analizando era el gen que, se sabe, aporta resistencia a otra grave enfermedad que afecta al cultivo: el oídio del trigo.
Tanto esta como el tizón son dos enfermedades que coinciden en su gravedad, pero que tienen ciertas diferencias: el oídio, también conocido como mildiú polvoriento, se presenta en climas fríos.
La clave del estudio radica en que el gen en cuestión se encuentra en variedades de trigo que crecen en condiciones ecosistémicas distintas de aquellas que se presentan en las regiones cálidas y húmedas.
En otras palabras, se descubrió una alternativa que podría aportar mayor resistencia al tizón del trigo en una variedad que no crece donde se presenta la enfermedad.
Ciencia y creatividad
Por lo común, cuando se buscan alternativas para desarrollar eventos transgénicos resistentes a enfermedades, lo que se estudian son variedades autóctonas de las regiones donde se encuentran las afecciones en cuestión.
Hasta el momento, la búsqueda de genes resistentes al tizón del trigo se había realizado en variedades adaptadas al clima cálido y húmedo.
Paul Nicholson, profesor del Centro John Innes y uno de los autores del estudio, se refirió al respecto e indicó que este tipo de descubrimientos debe servir como una invitación a llevar el trabajo científico a sitios inexplorados.
Conclusiones
Los beneficios del descubrimiento son concretos. El estudio realizado en colaboración por el Centro John Innes y la Universidad de Zúrich revelan que el gen Pm4 aporta resistencia a dos graves enfermedades que afectan al trigo: el oídio y el tizón.
Sin embargo, la manera en que se dio el descubrimiento implica un beneficio más general, uno que incluso puede sostenerse a lo largo del tiempo. Se trata de la seguridad que aporta el saber que se pueden encontrar soluciones a problemas importantes en lugares donde antes no se esperaban respuestas.
La noticia es positiva por partida doble: permite el desarrollo de trigo más eficiente y genera nuevas posibilidades de investigación, tanto para este cultivo como para todos los que se encuentran afectados por la crisis climática, la inseguridad alimentaria y las enfermedades.