
Ghana aprueba el poroto caupí transgénico para comercialización
El proceso de aprobación del evento transgénico demandó más de 10 años. Si bien fue desarrollado en Ghana, Nigeria fue el primer país en dar el visto bueno: lo comercializa desde 2019.
Ghana acaba de aprobar el poroto caupí transgénico para comercialización. El evento fue desarrollado por el Instituto de Investigación Agrícola de Savanna (SARI) y se destaca por su resistencia a insecto plaga. Para el país africano es una excelente noticia en materia de soberanía y seguridad alimentaria.
Poroto caupí PBR
La maruca es un género de polillas cuyas larvas se alimentan de legumbres. Se trata de un insecto plaga que representa una grave amenaza para los cultivos de numerosas leguminosas de África y otras regiones del mundo.
Las pérdidas que genera son significativas: pueden reducir el rendimiento de una campaña hasta el 80%. Como en Ghana el poroto representa una fuente de alimentación básica, científicos del Instituto de Investigación Agrícola de Savanna (SARI, por su nombre en inglés) se propusieron desarrollar una variedad transgénica del cultivo que haga frente a la amenaza.
El Instituto trabajó a partir de una semilla nativa y el resultado fue el desarrollo del poroto caupí PBR. El evento transgénico promete eliminar el ataque de la plaga y además generar un incremento del 20% en la producción de los agricultores.
Un largo camino
El proceso de liberación de la variedad fue extenso: demandó más de 10 años.
El primer paso se dio en 2022, cuando Ghana aprobó el evento para cultivo. Con el visto bueno, se procedió a una nueva instancia de pruebas, esta vez en campo y en diferentes regiones del país. El objetivo, comprobar la bioseguridad del poroto transgénico, su rendimiento, su comportamiento y demás.
Esta fase llevó 2 años y sus resultados fueron exitosos. Fue así como, en el pasado mes de julio, el Consejo de Investigación Científica e Industrial del SARI otorgó la aprobación para siembra comercial.
El hecho representa una buena noticia por varios motivos. Por un lado, los beneficiados son los agricultores que no cuentan con los recursos necesarios para el control de la plaga. Y que se ven afectados por las pérdidas económicas que generan los bajos rendimientos.
Por otro, los consumidores reciben el abastecimiento de un alimento que forma parte de su dieta elemental, y que representa una fuente importante de proteínas y otros nutrientes.
Cuestión de soberanía
La Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola (Agro-Bio) indica que el poroto caupí, también conocido como frijol caupí, es un alimento esencial para más de 200 millones de familias en la región del África Subsahariana.
También menciona que, hacia el 2022, la producción que Ghana hacía del cultivo era de 57 mil toneladas anuales. Y que el mínimo de consumo del país era de 169 mil toneladas.
La diferencia entre producción y consumo es importante y lleva a Ghana a la necesidad de importar el poroto de países como Nigeria, Níger y Burkina Faso.
Sin embargo, la aprobación del poroto caupí transgénico plantea un cambio de paradigma. Los productores agrícolas podrán incrementar el rendimiento de sus campañas de forma considerable. De esta manera, se espera que cubran la demanda interna y que incluso generen un excedente que ubique a Ghana en el rol de país exportador.
Lo que hasta el momento eran pérdidas por el ataque de los insectos e inversión en la importación, ahora se convierte en un potencial de crecimiento económico para el país africano.
El antecedente de Nigeria
Con la aprobación del evento para cultivo y comercialización, Ghana se suma a una extensa lista de países africanos que trabajan con eventos transgénicos.
Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Kenia y Sudán son algunos de los países en los que ya se comercializan productivos derivados de organismos genéticamente modificados.
El caso de Nigeria es especial, ya que fue el primero en comercializar el poroto caupí PBR. Lo hace desde el 2019, y los productores del país sostienen que el cultivo incrementó su producción en un 20%.
También hay que recordar que África cuenta con países que han aprobado la tecnología HB4 desarrollada por Raquel Chan y Bioceres. Nigeria y Sudáfrica han dado el visto bueno al trigo HB4 para consumo, y este último país hizo lo propio para la soja HB4.