
Tecnoplant y CONICET desarrollarán una nueva variedad de papa transgénica resistente a virus
Tecnoplant y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas trabajarán en conjunto en el marco de una nueva articulación de los sectores público y privado. CONICET ya lo había hecho con Bioceres en el desarrollo de la tecnología HB4.
La empresa de biotecnología Tecnoplant y CONICET anunciaron el desarrollo de una nueva variedad de papa transgénica. La misma será resistente a los 2 principales virus que afectan al cultivo. Se trata de un evento que se logrará gracias al silenciamiento de genes y que mejorará la versión aprobada en 2018 para consumo masivo directo.
El antecedente
Tecnoplant y CONICET ya cuentan con experiencia en el desarrollo conjunto de eventos transgénicos y de nuevas variedades de papa.
En 2018, el entonces Ministerio de Agricultura de la Nación aprobó mediante la Resolución 65/18 la variedad SPT-TICAR. Se trata de la primera desarrollada por la compañía de biotecnología que pertenece al Grupo Sidus y su principal característica es que presenta resistencia al virus Y de la papa, también conocido como PVY.
La aprobación fue significativa ya que consistió en la primera liberación de un alimento genéticamente modificado al mercado de consumo masivo directo.
Si bien todos los análisis y las observaciones confirmaron su seguridad para el medioambiente y para la salud humana, el evento fue rechazado por organismos como la Federación Nacional de Productores de Papas y la Asociación de Productores de Papa Semilla de Buenos Aires.
En su momento se mencionó que las razones del rechazo eran de carácter comercial. Y que respondían a la posibilidad de perder mercados ya establecidos y a la decisión del sector industrial de no trabajar con OGMs.
Una nueva apuesta
A comienzos del mes de julio de este año, Tecnoplant y CONICET anunciaron la firma de un convenio de investigación y desarrollo de una nueva variedad de papa transgénica.
En el evento estuvieron presentes Agustín Crivelli por parte del CONICET y Carlos Milicevic y Federico Gonzáles Ocantos en representación de Tecnoplant.
La nueva articulación de los sectores público y privado presenta un objetivo concreto: la modificación genética de la variedad de papa Spunta con el fin de que desarrolle resistencia a los 2 virus principales que afectan la producción del cultivo.
Ya se mencionó que la variedad presenta resistencia al virus PVY. Lo que ahora buscan las partes involucradas es sumar una respuesta favorable al PLRV (Virus del Enrollamiento de las Hojas de la Papa).
Las claves del proyecto
Federico Gonzáles Ocantos se desempeña como jefe de control de gestión de Tecnoplant.
En relación al convenio con CONICET, anunció que el desarrollo de la nueva variedad llevará varios años. Precisó que se calculan 2 o 3 años para el proceso en el laboratorio debido a la exigencia de los controles y protocolos por parte de organismos como CONABIA, INASE, Senasa y la Secretaría de Agricultura.
Una vez que se finalice esta instancia, el nuevo desarrollo pasará a la siguiente etapa: la de la aprobación para siembra, consumo y comercialización.
Gonzáles Ocantos también adelantó que, si bien el evento es catalogado como transgénico, el desarrollo se logrará mediante la técnica de silenciamiento de genes. Y el gen que se silenciará es precisamente el que expresa el contagio del virus PLRV.
El presente de Spunta TICAR
El jefe de control de gestión de Tecnoplant se refirió además al estado actual de la variedad de papa desarrollada y aprobada en 2018.
Indicó que en la campaña del año pasado se hicieron pocas hectáreas, que este año se registró un mayor volumen y que espera un mayor crecimiento de cara a las próximas campañas.
En línea con esto, compartió las expectativas de la compañía de que la producción actual llegue al mercado mayorista durante 2025.
También reveló que la última campaña se llevó a cabo en un total de 48 hectáreas: 24 en Mendoza y 24 en Coronel Suárez. Sobre la próxima dijo que aún está en evaluación y que es muy probable que continúe en tierras mendocinas. Y que no se descarta la opción de la provincia de Buenos Aires.
El desafío es doble. Por un lado, la compañía se enfrenta a la necesidad de instalar el evento transgénico como una garantía comercial. Por otro, resulta indispensable apostar por alternativas que combatan las mermas productivas generadas por los virus mencionados.