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Australia: las sequías y la tecnología HB4 como solución a la caída de la producción

Australia: las sequías y la tecnología HB4 como solución a la caída de la producción

Durante 2023, Australia padeció una serie de sequías que generaron una pérdida aproximada de 10 millones de toneladas en la campaña de trigo. Investigadores científicos indican que la escasez de agua podría empeorar de forma significativa en las próximas décadas.

La aprobación de la tecnología HB4 por parte de Australia es uno de los acontecimientos más reveladores de los últimos años en materia de biotecnología agrícola. Como uno de los mayores productores de trigo a nivel mundial, el país de Oceanía se enfrenta a serias crisis de sequías. Y el evento transgénico se presenta como garantía de cara a la optimización de la producción y el abastecimiento de alimentos.

El rol de Australia en el mercado

A mediados de 2023, Australia y Nueva Zelanda se sumaron a la cada vez más extensa lista de países que aprueban la tecnología HB4. El visto bueno fue para el trigo HB4, tanto para consumo como para comercialización de productos elaborados con el cultivo transgénico.

Se dio en simultáneo porque ambos países comparten el mismo organismo regulatorio. Sin embargo, el caso de Australia generó más resonancia debido a que es uno de los mayores productores de trigo a nivel mundial.

También es uno de los principales exportadores. Con su producción, Australia abastece sobre todo al mercado asiático, a compradores como China, Japón e Indonesia.

El flagelo de las sequías

El caso de Australia trascendió al mismo tiempo por el contexto que atravesaba el país al momento de la aprobación. 

En el comunicado que lanzó para anunciar la noticia, Bioceres menciona las circunstancias en cuestión. La empresa con sede en Rosario, Santa Fe, explica que el país de Oceanía es uno de los más afectados por las sequías a nivel mundial. Y agrega que la escasez de agua fue un factor determinante que condicionó sus últimas campañas. 

La pérdida de cultivos llevó a Australia a la necesidad de importar. En simultáneo, puso en riesgo su economía al no poder abastecer a los países a los que exportaba habitualmente.

Cifras alarmantes

La aprobación del trigo HB4 se dio en un año marcado por el fenómeno climático de El Niño. Las campañas anteriores habían sido positivas por las condiciones de humedad. No obstante, este factor favorable también sorprendió debido a que no es frecuente en el país.

En junio de 2023, el Departamento de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia compartió un informe de cosecha en el que hizo referencia a lo que se esperaba para el rendimiento anual.

En el reporte se menciona un descenso del 34% en el total de trigo en comparación a años anteriores. Y también se especula con que la cosecha del año sería de 26,2 millones de toneladas.0

En octubre del mismo año, más cerca de la fecha de cosecha, Ole Houe compartió sus propias cifras. El CEO de Ikon Commodities expresó que, para él, el total sería de 28 millones de toneladas.

La pequeña diferencia entre ambos pronósticos es menos significativa si se tiene en consideración que, durante la campaña anterior, Australia había cosechado un total de 39,36 millones de toneladas de trigo. La caída de un año a otro también pone en evidencia los efectos que genera la escasez de agua.

Una noticia desalentadora

A comienzos de este año, una investigación dio como resultado que Australia podría sufrir una serie de megasequías que se extenderían por más de 20 años.

El trabajo se publicó en una edición especial de la revista Hydrology and Earth System Sciences. Y fue realizado por investigadores del Centro de Excelencia ARC para Extremos Climáticos y de la Australian National University (ANU). 

Georgy Falster es una de las autoras principales de la investigación. La científica climática se refirió a lo que implica la presencia de una megasequía y manifestó que las consecuencias serían aún peores ya que la misma se vería amplificada por la propia crisis climática.

Una solución a presente y futuro

En pocas palabras, Australia podría padecer un fenómeno climatológico único que se complementaría con la crisis medioambiental que afecta al mundo entero.

En este marco, la tecnología HB4 se posiciona como una alternativa que ofrece soluciones tanto en el presente como de cara al futuro. Desarrollada a partir de una investigación de Raquel Chan y con el apoyo de Bioceres, brinda cultivos transgénicos que se destacan por su tolerancia al estrés hídrico y a los altos niveles de salinidad de los suelos.

El trigo HB4 y la soja HB4 son por lo tanto una garantía para los productores agrícolas: mejora el rendimiento de los cultivos y optimiza la producción. También solucionan el abastecimiento de alimentos en un contexto marcado por la creciente demanda a nivel mundial.