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Breve historia de la biotecnología agrícola

Breve historia de la biotecnología agrícola

La biotecnología moderna se presenta como solución a dos grandes problemas que enfrenta el mundo en la actualidad: la demanda creciente de alimentos y la crisis medioambiental.

La biotecnología agrícola existe desde hace miles de años y consiste en el mejoramiento de cultivos con el fin de aportar un beneficio a la humanidad. Dos de los objetivos principales de la práctica son la optimización del rendimiento y de la calidad. La tecnología HB4 es resultado de las técnicas modernas y del surgimiento de la ingeniería genética.

Biotecnología Agrícola: Mejoramiento de cultivos

La biotecnología es un conjunto de técnicas de las ciencias biológicas. Se basa en la utilización de organismos vivos para desarrollar bienes o servicios que aporten un beneficio concreto a los seres humanos.

Una de sus aplicaciones se encuentra en el mejoramiento de los cultivos. Es lo que se conoce como biotecnología agrícola. El objetivo de esta práctica es optimizar el rendimiento de las cosechas y obtener productos de mejor calidad.

Según el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio), la historia de la biotecnología agrícola se remonta a hace más de 10000 años. Y tiene su origen en los primeros agricultores y fitomejoradores que comenzaron a trabajar con la modificación de genes de las plantas.

Una historia milenaria

Hacia el año 8000 a.C., los agricultores comenzaron a seleccionar las semillas de aquellos cultivos que se destacaban entre los demás, ya sea por rendimiento o por calidad.

ArgenBio destaca que muchos de los cultivos que se consumen en la actualidad son resultado de miles de años de este proceso de selección.

Con el paso del tiempo, y más cerca del presente, los avances de la ciencia y la tecnología permitieron perfeccionar la práctica, expandiendo las posibilidades de la biotecnología.

A comienzos del siglo XVIII, por ejemplo, surgió el cruzamiento de plantas como método de mejoramiento de cultivos. En 1940, a su vez, apareció la mutagénesis, técnica que permite inducir mutaciones en las semillas.

El surgimiento de la biotecnología moderna

El de 1973 es un año que marcó un antes y un después para el desarrollo de la ciencia. Herbert Boyer, Stanley Cohen y Annie Chang lograron transferir ADN de un organismo a otro. De esta manera, nació la ingeniería genética, cuyas técnicas hicieron posible una nueva instancia de la biotecnología.

Las técnicas en cuestión llegaron al ámbito del mejoramiento de plantas a mediados de la década de 1980. La biotecnología moderna, por su parte, generó el desarrollo de un nuevo tipo de cultivos: los transgénicos.

Estos cultivos se destacan por recibir la implantación de un gen o una serie de genes provenientes de otro ser vivo, sean microorganismos u otras plantas. Adoptan así nuevas características, que permiten hacer frente a amenazas tales como la escasez de agua y las plagas de insectos, entre otras.

Así se producen los cultivos transgénicos

Los primeros desarrollos de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) en el ámbito agrícola recién se presentaron en los últimos años del siglo pasado. La razón se encuentra en que son procesos largos y arduos que pueden extenderse incluso a lo largo de décadas.

El primer paso se da en el marco del laboratorio. Los investigadores parten de un objetivo: hacer que un cultivo determinado adopte ciertas características. Luego tienen la tarea de identificar cuál es el gen que puede otorgarle dicho comportamiento. Y realizar la transferencia, es decir, la implantación.

El cultivo genéticamente modificado debe ser testeado. En esta instancia, se observa su rendimiento y se evalúan aspectos como la seguridad y eficacia.

Por último, los eventos transgénicos se ponen a disposición de los organismos reguladores de cada país, quienes dan su visto bueno para siembra, producción y comercialización del cultivo.

El rol de la tecnología HB4

Argentina cuenta con una tradición de eventos transgénicos de más de 25 años. En la actualidad, la totalidad de la soja y el algodón que se cosecha es de estas características. Y lo mismo ocurre con el 98% del maíz.

No son los únicos OGMs que se cultivan en el país. También están el trigo y la alfalfa, que se suman a otros que aún se encuentran en estado de desarrollo.

La tecnología HB4 es el ejemplo más resonante de lo que la biotecnología puede aportar en el plano de la producción agrícola. Desarrollada por Raquel Chan y Bioceres, entre otros, comprende trigo y soja tolerantes a las sequías y a los altos niveles de salinidad de los suelos. 

Sus beneficios representan al mismo tiempo lo más reciente de la extensa historia de la biotecnología. Y marcan los logros que se pueden obtener de cara al futuro en términos de cultivos más eficaces y rendidores.