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Generalidades sobre Argentina y los cultivos transgénicos

Generalidades sobre Argentina y los cultivos transgénicos

Argentina siembra cultivos genéticamente modificados desde 1996. En la actualidad, casi la totalidad del algodón, el maíz y la soja que se cosecha en todo el territorio es transgénica.

Argentina se destaca por su producción agrícola y por su apertura a la siembra de cultivos transgénicos. Además de abastecer el mercado interno, exporta productos derivados de OGMs a un total de 114 países. También es líder en materia de desarrollos agrobiotecnológicos, y la tecnología HB4 es uno de los casos más destacados.

Un país con tradición transgénica

Biotec-LATAM define a la Argentina como un país agroindustrial que se destaca por su perfil exportador. Los cultivos que se producen en el territorio son numerosos, y los principales son la soja, el maíz, el trigo, la cebada y el girasol.

El país también cuenta con una tradición importante en materia de cultivos genéticamente modificados. La siembra de transgénicos tuvo su punto de partida en 1996 y desde entonces se ha consolidado y expandido a nivel nacional.

Tomando datos actualizados al mes de septiembre de 2023, Biotec-LATAM sostiene que la superficie que se siembra con cultivos transgénicos es de 24,5 millones de hectáreas. Cifra considerable teniendo en cuenta que todo el territorio argentino suma 2.780.400 km2.

Las claves de los cultivos

El 66,49% del total de los cultivos transgénicos que se siembran corresponden a la soja. La cifra incluye las distintas variedades de la planta: la tolerante a herbicidas, la que suma esta condición con la resistencia a insectos y la que presenta tolerancia a herbicidas y sequías al mismo tiempo.

El maíz ocupa el segundo lugar de los cultivos GMs más sembrados. Con un 31,35%, también incluye variedades de tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos.

La totalidad la completan el algodón (1,92%), el trigo (0,20%) y la alfalfa (0,04%). También se siembra cárcamo, aunque en una superficie pequeña.

Por otra parte, el nivel de adopción es casi total para el algodón, la soja y el maíz. Lo que quiere decir que casi todos estos cultivos que se siembran en el país son de tipo transgénico.

La adopción del algodón es del 100%. Para la soja es del 99,9% y, para el maíz, del 99,8%. Los casos del trigo y de la alfalfa son opuestos, ya que su nivel es ínfimo (0,74% y 0,33%, respectivamente).

Desarrollos locales

Argentina no solo se destaca por el uso de cultivos transgénicos para la siembra: también se posiciona como un país líder en materia de investigaciones científicas y desarrollos agrobiotecnológicos.

Algunos de los eventos producidos en el país son el maíz con resistencia a insectos (Bt), la soja con resistencia a insectos y tolerancia a herbicidas, y la alfalfa con menor contenido de lignina.

También se encuentran la papa con resistencia a virus, el algodón con resistencia al picudo del algodonero y la caña de azúcar con tolerancia a herbicidas.

Un evento único

Uno de los desarrollos más destacados es el de la tecnología HB4. Impulsada por Bioceres, nació a partir de una investigación liderada por Raquel Chan, científica reconocida a nivel internacional que se desempeña para el CONICET y para el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral.

La tecnología se encuentra comprendida por el trigo HB4 y la soja HB4, cultivos que se caracterizan por la tolerancia al estrés hídrico y a los altos niveles de salinidad de los suelos.

Fue aprobada de forma definitiva en Argentina en 2020. Y también cuenta con el visto bueno de Brasil y China, los principales importadores de los cultivos. Desde entonces, el evento de Bioceres continúa expandiéndose a nivel internacional y también suma distintas variedades, que son desarrolladas para responder de la mejor manera posible en las diversas condiciones ecosistémicas.

Los beneficios económicos

Los cultivos GMs representan para Argentina una producción agrícola optimizada que permite hacer frente a la creciente demanda de alimentos que genera el aumento poblacional.

Al mismo tiempo, implica una serie de beneficios económicos que se sostienen en los vínculos comerciales que el país construye con sus pares de todo el mundo.

Según Biotec-LATAM, los productos derivados de cultivos transgénicos son exportados a un total de 114 países. Y representan más del 63% de los ingresos por las agroexportaciones.

La actividad agroindustrial que desarrolla Argentina gracias a los OGMs también es clave para que la región de Latinoamérica ocupe un lugar destacado en el comercio global de este tipo de cultivos.