Italia avanza con los cultivos GMs y ensaya con una nueva variedad de arroz
Desarrollar eventos como el del arroz RIS8imo implica un beneficio para el medioambiente. Al presentar una mayor resistencia a enfermedades, los cultivos dependen menos del uso de productos químicos.
Italia acaba de lanzar el primer ensayo de campo con cultivos genéticamente modificados. Lo que se evalúa es una nueva variedad de arroz transgénico que presenta una mayor resistencia contra la enfermedad del tizón. El desarrollo fue posible gracias a la edición génica y marca un avance para la agrobiotecnología en el continente europeo.
Un paso importante para Europa
La noticia es sorprendente por dos motivos. El primero de ellos se refiere a la novedad transgénica en sí: el de la nueva variedad de arroz es uno de los casos más recientes en materia de biotecnología aplicada al mejoramiento de cultivos.
También se destaca el hecho de que tiene lugar en Italia, país que integra un continente con poca tradición en el ámbito de los cultivos genéticamente modificados.
Según un informe publicado en 2020 por ISAAA (International Service for the Acquisition of Agri-biotech Applications, por su nombre en inglés), en 2019 tan solo 2 países europeos formaron parte de los 30 que más sembraron cultivos GM.
Se trata de España y Portugal, quienes ocuparon los puestos 17 y 23 de la lista, respectivamente, ambos con variedades de maíz transgénico.
Las claves
El fenómeno tiene lugar en Italia, pero es resultado del trabajo en equipo de científicos de varios países.
Todo comenzó hace más de 10 años con una investigación encabezada por Thorsten Langner, del Instituto Max-Planck de Biología de Alemania, y por Sophien Kamoun, del Laboratorio Sainsbury del Reino Unido.
También colaboró Ryohei Terauchi, científico que se desempeña para la Universidad de Kioto y el Centro de Investigación Biotecnológica de Iwate, Japón.
Los especialistas comenzaron estudiando la manera en que se vinculan ciertas plantas y microbios. Y en 2017 se unieron a Vittoria Brambilla y Fabio Fornara, de la Universidad de Milán, quienes aportaron lo suyo para aplicar los conocimientos obtenidos en variedades de arroz.
Eligieron una variedad de arroz de élite conocida como Arborio, la cual es famosa por su uso gastronómico en platos como el risotto. Y al desarrollo transgénico obtenido se le dio el nombre de “RIS8imo”.
La edición génica
El desarrollo del arroz RIS8imo fue posible gracias a un procedimiento que consistió en la extracción de pequeños fragmentos de ADN de la variedad de élite mencionada.
En concreto, se extrajeron 3 genes que son los que determinan la vulnerabilidad hacia el hongo del tizón de arroz. De esta manera, el cultivo se vuelve más resistente por naturaleza propia, lo que genera una menor necesidad de uso de productos químicos.
La utilizada es una de las técnicas de la ingeniería genética. Y, en palabras de Raquel Chan, es de las que más en auge se encuentra en el ámbito de la agrobiotecnología actual.
La edición génica se caracteriza por la posibilidad de modificar genéticamente un organismo sin necesidad de recurrir a otro. Se diferencia así de la transgénesis, que consiste en la implantación en un cultivo de un gen proveniente de otra planta o microorganismo vivo.
La propia Chan, responsable del desarrollo de la tecnología HB4, demuestra la importancia de la edición génica en el presente al estar trabajando con esta técnica en uno de sus proyectos actuales.
Presente y futuro
El ensayo en campo comenzó el pasado 13 de mayo y tiene lugar en una granja cercana a Pavía, ciudad italiana que se encuentra unos 40 kilómetros al sur de Milán.
La variedad fue sembrada en apenas 28 metros cuadrados, lo que evidencia la cautela con la cual se lleva adelante el trabajo.
El arroz transgénico con resistencia al tizón recién comienza su instancia de evaluación en campo, y los resultados son inciertos.
Los investigadores son optimistas y plantean que el éxito del cultivo GM puede representar un punto de partida para otras variedades transgénicas que sean más resistentes a enfermedades, que utilicen menos agroquímicos y que aumenten la eficacia de las campañas.
Lo que es innegable es que el ensayo ya representa un avance considerable por parte de Europa en materia de agrobiotecnología y técnicas de ingeniería genética aplicadas al mejoramiento de cultivos.