Tecnología
La biotecnología moderna y sus aplicaciones para la seguridad alimentaria

La biotecnología moderna y sus aplicaciones para la seguridad alimentaria

El de la seguridad alimentaria es uno de los mayores desafíos que enfrenta la producción agrícola en la actualidad: se debe abastecer de alimentos a una población mundial en constante expansión.

La biotecnología moderna aplicada al mejoramiento de cultivos aporta grandes beneficios a la humanidad. Entre otras cosas, optimiza la producción agrícola y garantiza la seguridad alimentaria. Se trata de producir más en circunstancias adversas y de desarrollar alimentos más nutritivos y perdurables, de manera tal que se evite su desperdicio.

Mejoramiento de cultivos

La biotecnología moderna apela a las técnicas de la ingeniería genética con diversos fines: en el ámbito de la producción agrícola, es utilizada para el mejoramiento de cultivos.

El desarrollo de eventos transgénicos permite hacer frente a condiciones adversas de los ecosistemas, entre ellas las sequías y los altos niveles de salinidad de los suelos. Además, optimizan la producción al reducir amenazas como las plagas de insectos y las enfermedades de las plantas.

Pero el mejoramiento también se da en la calidad de los cultivos. La agrobiotecnología trabaja para desarrollar alimentos con mayores propiedades nutritivas. 

En los últimos años, varios casos trascendieron a nivel mundial. Uno de ellos es el del arroz dorado de Filipinas, desarrollado para reducir la desnutrición infantil. Otro, más de nicho, es el de la piña rosada de Costa Rica, variedad de la fruta que se destaca por un mayor contenido de antioxidantes naturales.

Seguridad alimentaria

La crisis climática y el calentamiento global hacen que las condiciones para los productores agrícolas sean cada vez más adversas. Algo similar ocurre con el constante aumento de la población mundial, que genera una mayor demanda de alimentos.

Generar abastecimiento y garantizar la seguridad alimentaria son otros de los objetivos que persigue la biotecnología moderna aplicada al mejoramiento de cultivos.

Las campañas más eficaces ayudan a producir más alimentos. Pero también hay otra alternativa que permite hacer frente al desafío de la seguridad alimentaria: el desarrollo de cultivos más perdurables.

El desperdicio de alimentos

El oxidamiento es un proceso natural que se da en ciertas frutas y verduras. Se genera cuando los tejidos internos del alimento se ven expuestos al oxígeno del entorno. El mismo producto, a través de su composición interna, marca su vida útil.

Para los productores es un problema ya que los cultivos pueden presentar un mal aspecto externo, lo cual reduce su valor comercial.

Esto a su vez representa un descarte de los alimentos. La misma industria los desecha antes de comercializarlos. Y, en el caso de que lleguen a los consumidores, son muchos los que los eliminan.

Las técnicas de la biotecnología moderna permiten modificar la composición de los cultivos. El resultado son productos más perdurables que aportan a la seguridad alimentaria al reducir su desperdicio.

Dos casos recientes

El Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio) menciona dos eventos transgénicos que fueron desarrollados con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos.

Se trata de una variedad de manzana y de una de papa que presentan un proceso de oxidación más lento. Ambos fueron desarrollados en Estados Unidos y se comercializan en este país y en Canadá.

La papa transgénica fue la primera de las dos variedades en ser aprobada. Recibió el visto bueno por parte de los organismos regulatorios en 2014 y se destaca a su vez por producir menos asparagina, un aminoácido que en determinadas circunstancias puede ser perjudicial para el organismo humano.

ArgenBio informa que Argentina cuenta con un desarrollo similar de papa que presenta resistencia a la oxidación. Sin embargo, el evento transgénico aún no se encuentra disponible en el mercado.

La manzana transgénica, por su parte, recibió su aprobación en 2015. Los investigadores lograron la resistencia a la oxidación gracias a la técnica de ARN de interferencia. Y la clave fue el silenciamiento de la enzima que es responsable del pardeamiento.

Mejoramiento integral

Casos como los mencionados demuestran que la optimización de cultivos puede realizarse siguiendo varios objetivos al mismo tiempo.

Al oxidarse, una manzana no transgénica sufre la degradación de la vitamina C, de compuestos fenólicos y antioxidantes. Al prolongar el proceso de pardeamiento, la fruta no solo extiende su vida útil, sino que incluso preserva nutrientes esenciales que de otra manera se pierden. 

El mejoramiento de cultivos, en este caso, se da por partida doble: se optimiza la calidad nutritiva de la fruta y se evita su desperdicio temprano. El ejemplo demuestra el alcance que puede tener la biotecnología moderna gracias a las técnicas adecuadas.