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Los beneficios de la biotecnología: el caso del arroz dorado de Filipinas

Los beneficios de la biotecnología: el caso del arroz dorado de Filipinas

El arroz dorado de Filipinas se caracteriza por una mayor presencia de beta caroteno, precursor de la vitamina A. Es resultado de un proyecto humanitario que se centra en aquellas poblaciones que no consumen a diario la cantidad de este nutriente que necesita el cuerpo humano.

El arroz dorado es uno de los ejemplos más recientes de lo que la biotecnología puede aportar para la producción agrícola. Desarrollado durante más de 25 años, este cultivo transgénico ayuda a reducir la desnutrición infantil y la pérdida de la visión en miles de niños de todo el mundo. Al mismo tiempo, es una clara prueba de lo extenso que puede ser el proceso de aprobación para un OGM.

Una problemática grave

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, cada año, unos 500 mil niños de todo el mundo pierden la vista debido a una deficiencia de vitamina A. También expresa que la mayoría de los casos se da en países en vías de desarrollo y que aproximadamente la mitad de los afectados fallece en el transcurso del primer año de presentada la discapacidad sensorial.

La afección se manifiesta sobre todo en el sudeste del continente asiático. Como el arroz es uno de los alimentos básicos de la región, se decidió apelar a la biotecnología para mejorar la calidad nutritiva del cultivo.

Ingo Potrykus es uno de los pioneros del proyecto. A comienzos de los años 90, el investigador se propuso estudiar si había manera de aumentar la cantidad de beta caroteno en el arroz, partiendo de la premisa de que este pigmento es convertido en vitamina A por el cuerpo humano.

Un proyecto humanitario

Potrykus no trabajó solo. Contó con la compañía de Peter Beyer y una serie de colaboradores. También recibió el apoyo del Instituto Filipino del Arroz (PhilRice) y del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI). 

El desarrollo del evento transgénico fue extenso. La primera versión del arroz dorado fue presentada en 1999, y las aprobaciones en Filipinas y otros países del mundo se comenzaron a dar más de 20 años más tarde. 

El especialista alemán se manifestó acerca de su proyecto cuando el cultivo transgénico dio sus primeros pasos en la práctica. Potrykus afirmó que el mérito de la biotecnología es doble. Por un lado, demuestra los beneficios que aporta para el mejoramiento de plantas. Por otro, revela el potencial que tiene esta disciplina para el bien en proyectos humanitarios.

El arroz dorado, en acción

Es uno de los cultivos transgénicos más recientes de todos a nivel mundial. Recibió la autorización para la siembra por parte de Filipinas en julio de 2021, más de 20 años después de la presentación de su primera versión.

El visto bueno dio lugar a los primeros cultivos a gran escala. En 2022, se cosecharon más de 100 toneladas, y al año siguiente el arroz dorado llegó a los platos de los filipinos.

Para la distribución del cultivo se priorizó a las partes afectadas: madres embarazadas y en período de lactancia, y niños en edad preescolar que padecen o se encuentran en riesgo de sufrir deficiencia de vitamina A.

Un proceso largo y complejo

La aprobación del evento transgénico en Filipinas se dio luego de que los organismos regulatorios llegaran a la conclusión de que es seguro.

Al asentamiento del cultivo en el país se sumó el hecho de que otras naciones lo aprobaron para consumo humano y animal. Es el caso de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Vietnam y Bangladesh, por su parte, integran el grupo de los que ensayan con el evento.

No obstante, el desarrollo de Potrykus y compañía recibió un traspié a comienzos de 2024. Un tribunal de Filipinas puso pausa a su producción comercial: fue la corte de apelaciones de Manila, que revocó la aprobación otorgada tiempo antes por los organismos reguladores.

Los argumentos presentados hacen referencia a la necesidad de una mayor cantidad de pruebas de seguridad. Con la comercialización paralizada por el momento, el hecho se posiciona como un claro ejemplo de lo extenso que puede llegar a resultar el desarrollo de un cultivo transgénico, desde el inicio del proceso en un laboratorio hasta su comercialización a nivel nacional e internacional.