Trigo
Mohan Kohli recomienda seguir el camino que marcó el trigo HB4

Mohan Kohli recomienda seguir el camino que marcó el trigo HB4

Mohan Kohli trabaja con premisas similares a las de la tecnología HB4. Sus logros se centran en el desarrollo de variedades de cultivos con mayor tolerancia a las altas temperaturas, a la escasez de agua, y con una mayor resistencia a las enfermedades foliares.

Mohan Kohli es una de las mayores referencias en materia de trigo y biotecnología en la región sudamericana. De visita en la Argentina, el científico de origen indio remarcó la necesidad de seguir investigando y destacó el ejemplo de la tecnología HB4. En su opinión, es posible un nuevo salto productivo con el cereal, pero requiere de trabajo e inversiones.

Kohli y el desarrollo de Paraguay

En el marco de la región sudamericana, hace unas 3 décadas Paraguay ocupaba un lugar como importador de trigo: producía unas 30 mil toneladas de este cultivo a la vez que tenía un consumo interno de 700 mil toneladas.

Para el año 2000, la producción había ascendido a las 200 mil toneladas. Pero la cantidad aún estaba lejos de cubrir la demanda interna.

En la actualidad, Paraguay produce entre 1 millón y 1,2 millones de toneladas por año. Además de cubrir el consumo interno, obtiene un excedente que le permite posicionarse como exportador.

La transición del país sudamericano de importador a exportador de trigo fue posible gracias a la apuesta por el mejoramiento genético de los cultivos y la utilización de la biotecnología. Y tuvo como protagonista a un científico destacado: Mohan Kohli.

Una visita distinguida

Científico de origen indio, Kohli desarrolló más de 20 variedades de trigo en Paraguay y en la actualidad se desempeña como líder del Programa Nacional de Investigación de Trigo en el país.

La clave de sus logros se encuentra en una idea específica: la de desarrollar el trigo en aquellos ambientes en los que el cultivo no prospera debido al estrés termo-hídrico.

Sus desarrollos se basan en la búsqueda de cultivos con mayor tolerancia a las altas temperaturas, a la escasez de agua y con una mayor resistencia a enfermedades foliares. Ideas que lo unen a propuestas como la de la tecnología HB4.

Consultor activo de Grupo Bioceres en Argentina desde 2004, Kohli pasó por el país y se refirió a varias cuestiones. Entre ellas, la necesidad de seguir apostando por la biotecnología y las posibilidades nacionales de desarrollo productivo.

La crisis climática

Kohli explicó que los cultivos se deben seguir optimizando debido a que el escenario climático del futuro es, según sus palabras, imprevisible. Mencionó además que el aumento de las temperaturas, de las sequías y el desarrollo de nuevas enfermedades son algunas de las amenazas a afrontar.

El experto en fitogenética también indicó que la clave del éxito no se encuentra en buscar rendimientos máximos, sino una producción estable en contextos cada vez más adversos.

Se trata de brindar un seguro a los productores agrícolas. De acuerdo con Kohli, la biotecnología se presenta como herramienta para lograr el desafío.

Su visión de la Argentina

El científico de origen indio se refirió a la situación actual del país y destacó al trigo HB4 como ejemplo de lo que se puede lograr gracias a la investigación científica.

Dejó en claro que, en su opinión, no hay futuro sin investigación. Y que para esto es indispensable el apoyo estatal en complemento con el trabajo de semilleros privados.

Kohli también se refirió al potencial que tiene Argentina en materia de producción de trigo. Considerando que en 2021-2022 se llegó a un récord de 22,15 millones de toneladas del cultivo, el científico expresó que el país tiene las condiciones dadas para llegar a un total de 30 millones de toneladas.

Para el experto, el camino a seguir se centra en dos variables. Una de ellas es el desarrollo de nuevas variedades de semillas, optimizadas en función de las condiciones ecosistémicas de las distintas regiones. La otra es la utilización de más hectáreas. Es decir, el aprovechamiento de las tierras.

Siendo más específico, el investigador recomendó optimizar los rendimientos en la región del oeste de Bahía Blanca, en zonas subhúmedas y semiáridas. En cuanto a las tierras por desarrollar, expresó que se podrían aprovechar en el noroeste y el noreste argentino.